Bésame por si acaso

Preferiría estar dejando de fumar -o de beber- en estas tardes soleadas en las que tengo que hacer esfuerzos sobrehumanos por no querer saber nada de tí. Lástima que con la intoxicación no se me fueran también las ganas de quererte, de pasar el tiempo contigo paseando o hablando, de besarte o de putearte, de odiarte un poquito todos los días, de necesitarte. Aún así, seguiré esforzándome aunque sea sólo por no defraudar a las que, aunque a veces odio -un poquito, sanamente-, están ahí para recoger mis pedacitos cada vez que tú me rompes.

Se me habia olvidado pero en realidad sigo siendo parisina. Por mas que le busco defectos esta ciudad me sigue pareciendo magica por sus cuatro costados, aunque a veces no me doy ni cuenta de que estan ahi ni la Tour Eiffel ni el Arco del Triunfo. Algunas cosas han cambiado pero la esencia de la ciudad sigue siendo la misma, y yo me sigo sintiendo con pez en el agua.

A veces peca de kamikaze sentimental y lo confiesa, pero la verdad es que juntas interactuamos bien y nos damos felicidad, amén de doctrinas y buenos consejos que, ante nuestra imposibilidad de aplicarnos a nuestras propias vidas aplicamos en la contraria. Algo es algo o, como dice mi jefe, menos da una piedra.