Y qué le importa a nadie cómo está mi alma


Mi niña, Mariaje, sigues escribiendo como nadie. Esta noche he pensado mucho en tí y en tus palabras desgarradas que me han hecho mucho bien, aunque sea sólo por corroborar que es cierto que se puede vivir así, que no estamos locos, que aunque arriesguemos a veces incluso ganamos… o perdemos, pero que las dos opciones nos valen porque no podemos hacerlo de otro modo.

Y además, pase lo que pase, siempre nos quedará Sabina, y sus más de cien mentiras.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Promis, craché… voici tes lignes en français

Amor en tiempos del coronavirus (I)