Llámame nostálgica...

Y, de repente, me doy cuenta de que te has ido. De que yo vuelvo a casa y tú estás a diez mil kilómetros y de que no sé cómo funciona esto porque siempre era yo la que me iba. Y de que ya no vas a estar para reírnos, para emborracharnos y morirnos de risa, para contarnos historias, para hablar de lo que nos pasa, de lo que les pasa a nuestros amigos aunque no te acuerdes de sus nombres, de las personas de las que me he enamorado y desenamorado, de las que se han vuelto imprescindibles y de las que, como tú, se han ido.


Y, de repente, volver a casa ya no es tan divertido porque tú ya no estás en ella, y hay otra gente y otras caras y otros amores y otros amantes pero ya no nos reímos de todas estas cosas juntos y la risa es menos risa.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Promis, craché… voici tes lignes en français

Amor en tiempos del coronavirus (I)