I wanna be your dog / Mi vida sin mí

En fin, mi vida en Rabat. Una oficina donde vuelvo a ser becaria aunque tenga contrato; donde los únicos números de teléfono que apunto ultimamente son los de el cerrajero, la asistenta y comisarios (una larga historia); un teléfono que sólo suena para transmitir las ondas de mis compañeras de piso y curro, con las que paso unas 20 horas al día (afortunadamente me caen bien); una vida social-lúdico-cultural post-madrileñamente escasa; un almuacín que insiste en arrancarme del sueño a las cinco de la mañana con sus cantos inusitadamente polifónicos; un conserje y una profesora de dariya inefables... y, a pesar de todo, pequeñas cosas como hablar con mi frutero, recordar a mis niños parisinos en las páginas de un libro o un quedding pendiente para merendar con gente que vale la pena me hacen sentirme extraña, efímera y deliciosamente feliz.

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