Los objetivos del milenio



Seguramente no los cumpliremos, pero ahí están, uno tras otro hasta diez nuestros particulares objetivos del milenio. De todas formas, es un standard ya viciado y si la ONU no los cumple, no veo por qué nosotras deberíamos ser la excepción que confirma la regla... En cualquier caso, ahí está ese pedazo de derecho de veto que me he ganado por ser la menos inestable emocional de las demonias, ahí es nada.

Anyway, y teniendo en cuenta que la mejor manera de no mirar hacia delante es mirar hacia detrás, ahi van un par de fotos para el recuerdo. La primera, nuestra memorable noche en la estación de autobuses de Tallin (todo tan surrealista) mientras esperábamos el autobús para llegar a Vilnius (con su ámbar, su cerámica y ¡sus litas!). La segunda, el cuaderno de bitácora del primer viaje que hicimos a Grecia (puto Paul!) y que nos dejó un poco tocadas... En la página siguiente se podía leer en rojo: 3 de marzo, San Yannis de todos los Santos.

Que tiempos aquellos...

PD.: Consecuencia práctica de que Sardinita se haya pirado a Honduras: tengo que ir a la peluquería.

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